jueves, 17 de agosto de 2023

En el Fin del Mundo, o el comienzo de todo

 Durante más de cien años, Ushuaia, en Argentina, ha ostentado el título de ser la ciudad más austral del mundo. Lo sigue siendo si hablamos de infraestructuras, cantidad de habitantes y variedad de belleza, ya que la nueva y muy pequeña ciudad de Puerto Williams, Chile, está más al sur.

Ushuaia aún es, para muchos, considerada la ciudad del 'fin del mundo', porque ahí la tierra se acaba, no hay más al sur, a unos 1000 kilómetros ya se encuentra la Antártida. Posee una de las temperaturas más bajas, siendo su temperatura media anual de 5,7° C. Por su ubicación, es un punto de intensa actividad marítima.

Va clareando el día en la ciudad, mirando al cerro.

Mirando al mar.

Entrada a la inmensa Reserva forestal, toda señalizada para practicar treckking.

Arabescos leñosos.

Sinfonía de ocres.

En la isla de enfrente, color y nieve.

Cascadas, hay muchas, de agua cristalina.

Entrelazados.

El musgo y el liquen crecen mirando al sur.

Las lengas, tan patagónicas.

A cada vuelta del camino, un deleite para los sentidos.

Es agua quieta, transparente y pura.

Hay cosas que deben hacerse…

Sinfonía de ocres, 2

Va anocheciendo temprano.

Y se hizo la noche en el bosque, nomás.

Desayuno vivificante en el hotel.

Un desayunador que domina el paisaje.

Y completo en sabores, son gentileza del hotel, se puede servir uno lo que quiera durante el día y la noche.

En el puerto, resabios de una guerra que no debió ser.

La Base Naval. En el horizonte, el camino a la Antártida.

Hasta allí llega la moda de los candados románticos.

Homenaje merecido.

La bahía abierta.

La bahía cerrada.

"Yo moriré, pero me encontrarán en cada punto del país" (Hidelberg Ferrino, escultor del monumento a Vito Dumas).

El "Velo de Novia", nombre de la cascada.

Los eternos glaciares del Monte Olivia.

En el corazón de la provincia, Tolhuin, atardece en el Lago Fagnano.

Espejo de agua.

Así de transparente es el agua.

Museo del Ex Presidio.

La fuga.

Capitán pensativo.

Arte en las calles.

Tan bonita, Ushuaia.

Desde el avión, regresando.

Tandil, preciosa

 Tandil es una ciudad sobre las sierras del cordón de Tandil, a la altura del centro de Argentina, dentro de la provincia de Buenos Aires, la más grande del país. A doscientos kilómetros de Mar del Plata y a 350 km de la ciudad de Buenos Aires, se sitúa bastante cerca del centro de la provincia. Es una ciudad grande, histórica y bella, con tanto verde como elevaciones naturales y edificaciones antiguas y modernas muy bellas. Se preserva mucho la identidad en su estilo y sus calles de excelente empedrado, que aún se utilizan a pesar de ser centenarios.

Quien llega a Tandil tiene tres visitas de rigor: el Calvario con su Vía Crucis, obra monumental sobre un promontorio serrano muy amplio; el Monumento a San Martín, en el Cerrito del Libertador, obra del escultor Hidelberg Ferrino, una obra emplazada en cuatro hectáreas; el Fuerte Independencia, ubicado en la superficie más alta de todas, que aloja una confitería con sus vistas dominando a la ciudad.

Parcialmente vandalizado, el Monumento a San Martín, con su figura de cuatro metros y medio de altura, a fuerza de robársele los sables, espuelas, borlas, luego de ser reproducidos nuevamente por su mismo autor, se guardan para ser colocados solamente en los actos oficiales. Vergonzoso, pero es lo único que saben hacer a la hora de evitar los repetidos robos.

El caballo criollo es protagonista como individualidad, en actitud de descanso, rascando su hocico, relajado.

A sus pies, la ciudad.

Magnífica obra de bronce.

Flanquean a San Martín, precediéndolo, dos granaderos: el Sargento Juan Bautista Cabral y el Soldado Desconocido, como un homenaje a aquellos sin los cuales no se hubiera podido llevar a cabo la campaña libertadora.

El Fuerte Independencia, de estilo morisco, es la edificación más alta y un paseo bellísimo en la naturaleza frondosa de la zona.

De noche, la vista hipnotiza.

Tandil tiene ferias de artesanías, tanto artísticas como comestibles o textiles, con el estilo del lugar. Tienen justa fama los chacinados que son producto típico de la región.

Las casas antiguas abundan en la ciudad, algo que le da una identidad histórica y muy elegante, siendo aprovechadas para usos varios.

Por ser más continental que Mar del Plata, sus calores de verano y sus fríos de invierno son más acentuados.

Entrada al Calvario, la neblina era tan espesa esa mañana que la cruz, de 30 metros de altura, allá arriba, no se ve.

Todo Tandil tiene en sus parques caminitos de ensueño.

Una joya histórica: "La Pulpería", del año 1852, fue rescatada y puesta en valor.

Su interior, respetando su antigüedad.

Todo está casi como era entonces.

Es un lugar magnífico en donde se come muy bien.

Antes del rescate.

Desde nuestra mesa.

Qué mala vida…

Hasta tuvimos cantor.

Salió el sol.

Municipalidad de Tandil, su hall de entrada.

Arte en mármol.

La transparencia de la piedra.

Hermoso patio, abundan en Tandil.

Homenaje al ilusionista René Lavand, que era nativo de la ciudad.

Al regresar a casa, por la ruta 226, la Puerta del Abra nos vuelve a saludar.