martes, 11 de octubre de 2022

La indiferencia

 La indiferencia puede ser un arma defensiva cuando es justa, cuando alguien tóxico nos estorba en la vida, es una manera pacífica de mantenerlo alejado, cuando las conversaciones previas resultaron estériles.

También, lo más importante, la indiferencia puede ser una gran y grave agresión psicológica, muy dañina y muy dolorosa cuando es injusta.

El mundo entero es un conjunto gimiente de indiferencias brutales, que llevan a la carencia, el dolor, la enfermedad, la ignorancia, el abandono, la muerte.

La indiferencia expulsa y persigue a la gente que busca un horizonte digno y pacífico en otro lugar, y es la misma indiferencia la que los rechaza en las nuevas fronteras, así se ahoguen en el mar.

La indiferencia ante los enfermos que no tienen acceso a la sanidad, es una indiferencia asesina.

La indiferencia hacia los que no logran el sustento diario, por falta de trabajo o por sueldos miserables, es una indiferencia inmoral y denigrante.

La indiferencia es un arma de doble filo. Te defiende, pero también puede convertirte en un arma despiadada y cruel.

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